La libertad financiera es un estado en el que una persona ha acumulado suficiente riqueza y fuentes de ingresos pasivos para poder vivir cómodamente sin tener que trabajar activamente para ganar dinero. En otras palabras, la persona ha alcanzado un nivel de independencia financiera que le permite tomar decisiones financieras sin tener que preocuparse por las consecuencias a corto plazo. La libertad financiera se logra al ahorrar y acumular suficiente capital y/o ingresos pasivos a lo largo del tiempo, lo que proporciona un nivel de seguridad financiera y libertad de elección. Con la libertad financiera, una persona puede tener más tiempo y recursos para hacer lo que realmente quiere hacer en la vida, como viajar, pasar tiempo con la familia, iniciar un negocio o dedicarse a una pasión sin tener que preocuparse por el dinero. Es importante destacar que la libertad financiera no significa necesariamente ser rico, sino tener suficientes recursos para cubrir las necesidades y objetivos personales sin depender de un trabajo activo para obtener ingresos.